Había una vez dos madrigueras vecinas. En una vivía el señor
Bruno, un conejo marrón; en la otra, el señor Grimaldi, un conejo gris. Al
principio de su convivencia, se entendían a las mil maravillas. Cada mañana se
saludaban amablemente: «Buenos días, señor Bruno», decía conejo gris. «Buenos
días tenga usted, señor Grimaldi», decía el conejo marrón. Pero un día las
cosas empezaron a cambiar. El señor Bruno y el Señor Grimaldi se pasaban el día
peleando por cualquier cosa y si no tenían ningún problema, se lo buscaban para
seguir peleando…..hasta que un día se dieron cuenta de que esa no era la mejor
actitud. Había que llegar a acuerdos y buscar soluciones si querían seguir
conviviendo…..umum….!!había unas orejitas de lobo al acecho!!
…..uy uy….ni que
decir tiene que Desavenencia tiene un final feliz.
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